PenPal, desde el primer track, marca un camino de energía e ira que se mantiene a lo largo de todo el álbum. Una tormenta de emociones arraigada al "teenage angst", como si se tratara de una película de Gregg Araki o Larry Clark, con ese sentido de miserabilidad y búsqueda de identidad propia.
Marchitorial plasma un sonido característico, una mezcla de ruido grunge y alternativo que se repite sin sonar monótono. Desde el noise al surf rock, pasando por temas más hardcore como "Sangrar" y otros más experimentales, como "Todas mis analogías".Es un disco que se nutre de la furia, de las ganas de decir algo, y que se complementa perfectamente con el sonido de la banda, que, si bien utiliza influencias del rock alternativo de los noventa y los dos mil, como el grunge o el noise, nunca deja de sonar como algo nuevo.
Al igual que la escena marplatense del rock, dejaron en cada letra del álbum una impronta propia: una angustia generalizada, desamores, desilusiones, enojos y sentimientos en los que cualquier oyente del álbum puede identificarse.
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